Todos los ciclos por los que pasamos en nuestra vida son perfectos, claro que esa visión dependerá de la manera de pensar y percibir de cada uno de nosotros.
Este cuestionamiento casi filosófico del tipo hedonista nos mantiene constantemente en la vida tomando decisiones; y se da en todo tipo de relaciones, incluyendo las laborales.
Si normalmente en nuestras acciones podemos decir: ¡Hasta aquí llegué! No doy más, mejor me retiro. ¿Porqué no hacerlo en el trabajo? No creen que sería más sano, buscar otra opción, una satisfacción económica, profesional, personal, laboral, etc., ¿porqué debemos esperar a que la empresa se canse? ¿porqué siempre debemos ser despedidos en la mayoría de los casos? Si bien es verdad la mayoría se escuda en decir: no vale la pena mi esfuerzo por el sueldo, entonces, ¿porqué lo aceptaste?
¡Así es!, nuestras relaciones laborales también tienen ciclos, pueden ser cortos, largos, intensos, relajados, estresantes, enfermizos, satisfactorios, insatisfactorios, sanos, etc. Lo que debemos aprender es: identificarlos y actuar. Pero esa acción que tomemos debe ser lo más sano a nivel emocional, personal, laboral y económico posible.
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